En uno de los artículos publicados con anterioridad, hicimos hincapié acerca de la importancia de la Prevención como “Aliada” para cuidar tus finanzas y tu economía, y nos referimos a la importancia de que te manejes con cuidado ante escenarios diferentes, uno de ellos el “Mantenimiento de tu Medio de Transporte (Auto y/o Moto)”.
Es esencial, así como tener un médico de cabecera, contar con un mecánico de suma confianza.
Nunca debes perder de vista que tu auto o moto deben estar en perfectas condiciones, ya que en ellos te transportas vos y ocasionalmente terceros. Asimismo, mantendrás el valor de este bien.
Debes estar atento a la supervisión y cambio, de acuerdo al uso que les a tu medio de transporte de las siguientes autopartes: Filtros de Aceite, Aire, Combustible y del Habitáculo, Neumáticos, Frenos, Lubricantes, Iluminación, Sistema de Escape, Correa de Distribución y Amortiguadores. Obviamente se detallan ítems que, en caso de motos, no deberás tener en cuenta.
Amortiguadores: Además de proporcionar confort durante el andar, ayudan al control del vehículo a altas velocidades y ante situaciones de riesgo que se puedan presentar.
Es aconsejable su revisión cada 20 mil kilómetros.
Neumáticos: Su vida útil depende de múltiples factores. Ante todo la calidad de los componentes con que fueron fabricados. A esto se suman el clima, características de las superficies por las que ruedan, la manera en que conduces, y su control.
Se recomienda supervisar el estado de los neumáticos cada 5 mil kilómetros. No olvides mantener en óptimas condiciones el auxilio.
Frenos: Son uno de los componentes más importantes de un auto o moto. Su desgaste se genera por el tipo de uso que le des a tu vehículo, así como por las características de las zonas por las que lo utilices habitualmente. No esperes a tener problemas con los frenos, tales como mayor tiempo de reacción, aparición de ruidos, u otros.
Al menos dos veces al año es necesario que tu mecánico chequee su estado.
Quizás no estás al tanto. ¿Sabías de la existencia del llamado “Triángulo de la Seguridad”? Está formado por los Amortiguadores, los Neumáticos y los Frenos.
Filtros de Aceite, Aire, Combustible y del Habitáculo: El uso de tu vehículo está acompañado del desgaste normal de su motor. Esto implica la generación de partículas que, de no existir los filtros o no estar en buen estado, se mezclan con los lubricantes e ingresan al habitáculo, ocasionando inconvenientes en el rendimiento del motor o incluso pueden generar daños graves y de difícil reparación. Por ello debes prestar especial atención al cambio de filtros.
Hacerlo cada 10 mil kilómetros.
Lubricantes: Quizás desconozcas la función de los lubricantes. Son vitales para reducir el desgaste de las piezas del motor.
El tiempo de duración de los lubricantes se ha extendido considerablemente tanto por los avances en los procesos para su producción como por la calidad de los autos, que mejora permanentemente.
Cada 2 mil kilómetros es bueno el control del nivel del depósito de los lubricantes, y cada 10 mil kilómetros, su cambio. Generalmente se hace en simultáneo con el cambio de los filtros.
Iluminación: Así como te permiten tener buena visión, son esenciales para que seas visto, obviamente cuando oscurece. Debes mantener en funcionamiento todas las luces (de carretera, freno, marcha atrás, posición, carretera, intermitentes y antinieblas).
Para mantener su función, te aconsejamos mantener la superficie exterior de los faros en buenas condiciones de limpieza.
Controlar mensualmente el funcionamiento de todas las luces.
Sistema de Escape: Los sistemas de escape cumplen una doble función: reducen la emisión de gases contaminantes y minimizan el ruido que generan al ser expulsados por el motor.
El uso del vehículo genera su desgaste y ocasionará corrosión y fuga que detectarás por la falta de potencia del motor y el incremento en el consumo de combustible.
Chequear su estado cada 50 mil kilómetros es ideal.
Correa de Distribución: Tenés que prestar especial atención al estado de la Correa de Distribución. Sus funciones son la sincronización de los tiempos del motor, la chispa de la bujía y la apertura y cierre de las válvulas de admisión y escape. Es esencial que sigas los consejos incluidos en el manual provisto por el fabricante de tu vehículo. Su rotura ocasiona daños muy graves al motor, que hasta pueden llevar a tener que cambiar el mismo.
Se cambia cada 50 o 60 mil kilómetros.
Conclusión: La Prevención y planificación te ayudarán a mantener en orden tanto tu economía como tus finanzas.
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